LA CIENCIA DE LA LUZ Y EL COLOR: ¿QUÉ ES LA LUZ? ¿DÓNDE Y CÓMO SE ORIGINA?
La luz es una radiación electromagnética (del mismo tipo que las que a veces nos hacen mucho daño). El espectro electromagnético incluye desde los rayos gamma hasta las ondas de radio.
El espectro visibles constituye una pequeña parte del espectro y estos son sus colores:
La luz visible está formada por vibraciones electromagnéticas con longitudes de onda que van aproximadamente de 350 a 750 nanómetros (1 nm=1 milmillonésimas de metro). Lo que conocemos como luz blanca es la suma de todas las ondas comprendidas entre esas longitudes de onda, cuando sus intensidades son semejantes.
La luz se forma por saltos de los electrones en los orbitales de los átomos. Como sabes, los electrones poseen la extraña cualidad de moverse en determinados orbitales sin consumir energía, pero cuando caen a un orbital inferior de menor energía (más próximo al núcleo) emiten energía en forma de radiación. Algunos de esos saltos producen radiación visible que llamamos luz, radiación que ven nuestros ojos en su manifestación de color.
En un mol de materia (por ejemplo en 23 gramos de sodio) tenemos 6,023·10 23 átomos, con muchos electrones girando. Si millones de estos electrones externos caen de nivel, se emite radiación suficiente para ser vista. Cada elemento químico emite luz de determinados colores, su espectro, porque los electrones saltan en todos lo átomos de ese elemento entre los mismos niveles permitidos.
La frecuencia de la luz emitida depende de la diferencia de energía de los niveles entre los que salta el electrón:
Es- Ei =hn
La longitud de onda es l y es la inversa de la frecuencia:
l=1/n
La cantidad de radiación que emite un cuerpo depende de su temperatura.
Los cuerpos sólidos emiten prácticamenete todo tipo de radiaciones -todo el espectro- ya que al tener átomos y enlaces muy diversos los tránsitos energéticos permitidos son muy variados. Al aumentar la temperatura el máximo de la intensidad radiada se produce a menores longitudes de onda.
Todos emitimos radiaciones. Los animales de sangre caliente emiten en el infrarrojo.
La piel detecta otras radiaciones de mayor longitud de onda que la luz: las radiaciones caloríficas.
En el sol hay cantidades enormes de átomos de elementos muy diversos que emiten radiaciónes y el conjunto total de esas radiaciones produce la luz blanca.
En la Tierra también producimos luz pero el mecanismo interno de producción siempre es el mismo: los saltos de los electrones entre los diferentes niveles de energía (orbitales).
La luz se mueve en el vacío aproximadamente a 300.000 km/s, y mientras no interactúa con la materia y llega a nuetros ojos no la vemos. El espacio está lleno de luz y sin embargo lo vemos oscuro.
Cuando una radiación luminosa incide sobre un cuerpo parte de la luz se refleja, parte se transmite a través de él y el resto, correspondiente a determinadas longitudes de ondas, es absorbida por el cuerpo.
Dentro de las sustancias transparentes la luz va a menor velocidad que en el vacío y una parte de ella siempre es absorbida debido a su interacción con los electrones de la materia. Podemos ver la luz difundida por la superficie (luz reflejada) o la transmitida por el cuerpo si es traslúcido. Al interactuar la luz con la materia es cuando se produce el color.
Al conjunto de radiaciones que tienen frecuencias muy próximas le damos el nombre correspondiente al color con que el ojo humano las identifica. Así, a las radiaciones agrupadas en torno a los 600 nm se las denomina color amarillo. Las que rondan el extremo del visible, próximas a 350nm, son las violeta etc. Más pequeñas, y ya no visibles por el ojo, son las ultravioleta que ya no son colores, son sólo radiación.
El color que emite la superficie de las sustancias coloreadas (lo que vemos) se llama color superficial. Parte de la radiación se refleja y parte es absorbida por el cuerpo. Si el cuerpo es una lámina fina puede que la radiación lo atraviese. Así una laminilla de oro se ve amarilla por la luz que refleja (rojo, anaranjado, amarillo) y al trasluz se ve azul-verdoso porque transmite el resto del espectro. Los componentes que se absorben por los cuerpos producen los colores de las mezclas sustractivas.
Una pantalla blanca refleja todas las radiaciones. Podemos ver sobre ella la mezcla de colores aditivos si separamos parte de la radiación antes de que llegue y dejamos que el resto se mezcle. Esto es lo que llamamos mezcla aditiva.
El color de un cuerpo depende de
- la naturaleza de su superficie
- del tipo de luz que lo ilumina
Un objeto sólo se ve con su propio color si se ilumina con luz blanca o con luz de su mismo color.
Los aspectos del color superficial son:
Matiz o tonalidad.- Se refiere al nombre del color, al tipo de longitud de onda de la radiación. Como no es una radiación concreta ( un color es un conjunto de radiaciones próximas) no es un valor cuantitativo y se da (cualitativamente) por descripción, matiz verde, rojo, púrpura, etc. según la longitud de onda dominante. Al existir un matiz tienen que existir también brillo y saturación.
Brillo.- Es la intensidad subjetiva con la que vemos el color (captación de la intensidad luminosa reflejada). Depende del ángulo con que miremos la superficie. La luz blanca no tiene matiz (no tiene color), pero tiene brillo.
Saturación.- Es la pureza del color. Dentro de un mismo color rojo podemos distinguir entre un rojo pálido o un rojo fuerte según su distinta saturación. Cuanto más blanco contiene menos saturado está el color: el rosa pálido está poco saturado.
LUZ - ENERGIA - SALUD
La energía de la luz emite vibraciones de colores.
Las células del ojo sensibles a la luz, transforman esas vibraciones en impulsos nerviosos que se reciben en el nervio óptico.
El centro nervioso del ojo nos da la percepción del color y sus influencias.
El color y las funciones neuroquímicasAunque a veces no nos damos cuenta, los colores ejercen una gran influencia física y psicológica sobre nuestra conciencia. El color y la luz viajan hasta los ojos por la retina, pasando de allí al cerebro y al hipotálamo, que es el que controla nuestras expresiones fisiológicas, así como la glándula pituitaria, que es reconocida como una de las estructuras más complejas del cuerpo humano, ya que regulas las funciones hormonales y neuroquímicas y también controlas las funciones involuntarias, que son las que gobiernan nuestros estados de ánimo. Eso nos explica cómo es que nos afectan los colores. La locura y la criminalidad a todo color Como vivimos insertos en un mundo de color. En Europa se han estudios en los hospitales psiquiátricos para determina qué colores aumentaban la hiperactividad de los pacientes y cuáles los calmaban. También se hicieron estudios en distintas prisiones, comprobándose por Ej. , que cuando se colocaba a los presos en cuartos color rosa estos tendían a calmarse, mientras que cuando los ponían en los de color rojo aumentaba su nivel de agresividad. El arco iris, el blanco y el negroExisten siete colores en el espectro visible, que son los mismos que vemos en el arco iris, o sea, rojo, amarillo, naranja, verde, azul, índigo y violeta.
Cómo el blanco refleja toda la luz, en él están representados todos los colores. Mientras que el negro, al absoberla, los hace desaparecer. En el próximo artículo no se pierda cómo es que influye cada color en nosotros.
Azul:Transmite seriedad, confianza y tranquilidad. Favorece la paciencia amabilidad y serenidad, aunque la sobreexposición al mismo produce fatiga o depresión. Es uno de los colores preferidos, pero resulta difícil de utilizar en la decoración de los ambientes. Es ideal para el cuarto de los niños ya que ayuda a apaciguar su energía. También se aconseja para balancear el uso de los colores cálidos.
Verde: Es un color sedante, hipnótico, anodino. Resulta eficaz en los casos de excitabilidad nerviosa, insomnio y fatiga. Trae paz, seguridad y esperanza. Se utiliza para neutralizar los colores cálidos. Indicado para cualquier ambiente, es aconsejable tener en el baño toallas o detalles en este color, ya que purifica y da energía al cuerpo. Armoniza. Es el color más fácil de visualizar por el ojo humano.
Naranja: Es un color incandescente, ardiente y brillante. Estimula el esparcimiento, la vitalidad, la diversión y el movimiento.Se relaciona con la comunicación, el equilibrio, la seguridad y la confianza. Por el hecho de ser reconfortante y estimulante puede tanto calmar como irritar. Es propicio para trabajar en equipo, ayuda a la interrelación y la unión.
Amarillo: Es el color de la luz del sol. Genera calor, provoca el buen humor y la alegría. Es el más sutil de los colores cálidos, actúa como un energizante positivo que no llega a ser agresivo, dando fuerza. Es el color más difícil de visualizar para el ojo humano.
Gris: Iguala todas las cosas y no influye en los otros colores. Puede expresar elegancia, respeto, desconsuelo, aburrimiento, vejez.Es un color neutro y en cierta forma sombrío. Ayuda a enfatizar los valores espirituales e intelectuales.
Negro: Tradicionalmente el negro se relaciona con la oscuridad, desespero, dolor, formalidad y solemnidad. Es la ausencia del color y de toda impresión luminosa, es lo opuesto a la luz ya que concentra todo sí mismo. Es el color de la tristeza.
Violeta: Representa el misterio, se asocia con la intuición y la espiritualidad, influenciando emociones y humores. También es un color algo melancólico. Antaño a causa de su elevado precio se convirtió en el color de la realeza y por ello, aún en nuestros días, parece impresionante pomposo y magnífico.
Blanco: Su significado es asociado a la paz, pureza, fe. Alegría y pulcritud. Para los orientales es el color que simboliza el más allá o el cambio de una vida a la otra.Es un color purificador, brinda sensación de limpieza y claridad. Ayuda a alejarse de lo sombrío y triste. Representa el amor divino, estimula la humildad y la imaginación creativa.
Rosa: calma, debilidad, tranquilidad.
Os dejo el enlace de un vídeo sobre este tema tan interesante: Amparo Calandin
como influyen los colores a nuestro organismo: que color nos quita el hambre, que color nos calma y apaga la violencia, que color debe usarse en medicina, que color nos afecta más negativamente, etc.
¿Cuál podría ser considerado el “peor” color de todos, el más dañino? Los científicos creen que la palma se la lleva el amarillo. (Basado en artículo de Muy Interesante – Divulcat)
Los científicos creen que la palma se la lleva el amarillo. Éste es el color que más cantidad de luz refleja y, por lo tanto, su contemplación estimula más las células del aparato visual. Podría decirse que el amarillo irrita más. De hecho, se sabe que los niños tienden a llorar más cuando duermen en habitaciones amarillas, que las parejas se pelean más en cocinas con muebles amarillos y que los artistas interpretan peor ante la presencia de ese color. A ello hay que añadir la abundante superstición que gira en torno al tono de marras. Sin embargo, éste es el color que más rápidamente procesa nuestro aparato visual, o sea que es en condiciones normales el que antes vemos. Por eso es ideal para llamar la atención: son amarillas algunas señales de peligro, los buzones, los Post-it y, en algunas ciudades, las tomas de agua para los bomberos. Finalmente, el hecho de ser un color que contiene prácticamente todo el espectro luminoso le confiere un rango especial: en algunas culturas, es un símbolo de divinidad.
Sea como fuere, lo que está claro es que los colores no nos son indiferentes: ejercen una influencia mayor o menor sobre nuestro comportamiento y, quizás, sobre nuestro organismo. Uno de los efectos más evidentes es el que ejerce el color sobre nuestro apetito. Para que los alimentos estimulen nuestro deseo de comer no sólo han de ser exquisitos y oler bien, también tienen que tener un aspecto cromático atractivo. La naturaleza nos tiene acostumbrados a ciertas gamas cromáticas que han ido educando nuestra pulsión alimenticia.
Pero existen colores cuya función es exactamente la contraria. Si usted quiere ponerse a dieta, lo mejor que puede hacer es pintar de azul su cocina o poner una luz azul en el frigorífico. Parece demostrado que este color actúa como ligero supresor del apetito. La razón es doble. Por un lado, el medio natural no nos ofrece demasiados estímulos comestibles azules: no hay lechugas, ni filetes ni peces realmente azules.
Pueden existir variedades vegetales con tintes azulados o morados, pero el azul no forma parte de nuestra ancestral cultura omnívora. Es decir, que no hemos desarrollado una respuesta automática de apetito a este color. La segunda razón es que algunos psicólogos consideran que el azul forma parte de los llamados colores fríos que tienden a provocar sensaciones de paz y a inhibir las pulsiones como el hambre.
Lo cierto es que es muy raro encontrar un plato azul en ningún restaurante. Algunos experimentos han demostrado que una pieza de musubi (bola de arroz de la cocina japonesa) en la que el cereal se ha pintado del color del cielo es rechazada constantemente por la clientela. Es más, la compañía Mars, creadora de las pastillas de chocolate coloreadas M&M’s, reconoce que el azul no está entre sus colores preferidos a la hora de llenar las bolsas con el producto. En concreto, el reparto de golosinas en cada paquete es el siguiente: 30 por 100 marrones, 20 por 100 rojas, 20 por 100 amarillas, 10 por 100 verdes, 10 por 100 naranjas y 10 por 100 azules.
El color es esencial cuando tomamos determinadas decisiones. Por ejemplo, si tenemos que medicarnos. La primera píldora de la historia fue una pequeña bola marrón con componentes curativos mezclados con pan ácimo que consumían los faraones egipcios. Durante muchos años de los siglos XIX y XX, la mayor parte de las píldoras eran blancas, ya que se trataban de simples paquetes prensados del compuesto activo en cuestión.
Pero con la llegada de los nuevos geles y gelatinas, el mercado farmacéutico pudo inundarse de miles de cápsulas multicolor. Hoy, la industria puede utilizar 80.000 colores distintos para encapsular los medicamentos. ¿Realmente importa cuál de ellos se elige? Los científicos están convencidos de que sí. En primer lugar el color puede ayudar al paciente a identificar su medicación entre el resto de las que conserva en la casa.
No hay que olvidar que los errores en el consumo de fármacos son un problema sanitario cada vez más preocupante. Pero, además, se ha demostrado que los enfermos responden mejor a la medicación cuando el color de la pastilla es coherente con el efecto que de ella se espera; por ejemplo, azul claro para un relajante y rojo intenso para un estimulante. Es fácil imaginar el efecto psicológico que tendría consumir una píldora naranja fuego para evitar la acidez de estómago o una verde como la bilis para superar un ataque de náuseas.
Recientemente el asunto del color en los medicamentos ha cobrado interés debido a que en Estados Unidos, primero, y posiblemente dentro de poco en otros países como España, se están relajando las leyes que prohíben publicitar directamente al consumidor medicamentos de receta. El aumento de los medicamentos de libre acceso que pueden encontrarse en las estanterías de las farmacias y la posibilidad de que se anuncien de manera directa al paciente hacen que el aspecto de la píldora adquiera valor de marketing. “Pida a su médico la pastilla con los colores de su equipo de fútbol”, podría ser un eslogan del futuro.
Un ejemplo de este fenómeno ha sido la batalla por el color entre Viagra y su competidora, Levitra. La primera, una pastilla azul pálido que se ha hecho famosa por su aspecto, tuvo que luchar en el mercado con el naranja brillante de las píldoras de la segunda. Todo fue producto de la mercadotecnia.
Aunque, realmente, no existe una respuesta universal al color. En nuestra reacción ante la visión de determinados tonos puede intervenir el estado de ánimo, las condiciones de luz ambiental y, según recientes hallazgos, el sexo. Existe un mito popular según el cual los hombres son incapaces de combinar correctamente los colores de la corbata y la camisa y han de pedir siempre consejo a una mujer. Aunque, evidentemente, se trata de una leyenda, un reciente estudio parece haber demostrado que tiene una base real.
La psicóloga estadounidense Natalia Khouw diseñó una oficina virtual y la coloreó en seis gamas distintas antes de enseñársela a una serie de voluntarios. Éstos debían elegir qué gama les parecía más agradable y, además, calibrar hasta qué punto les producía determinadas sensaciones como confort, espacio, decoro, orden, coherencia, estilo, modernidad, complejidad, calma, excitación… Los resultados demostraron que los hombres son más tolerantes con las combinaciones acromóticas que las mujeres.
Ellas, además, eran más capaces de detectar combinaciones incoherentes -como la presencia de una silla rojo fuerte en una gama de colores fríos- . Por último, se detectó una preferencia mayor de las féminas hacia los colores menos cálidos.
La cuestión es muy importante, ya que el color es una forma fundamental de comunicación. Más del 80 por 100 de la información que recibimos del entorno es visual y, según un estudio del Institute for Color Research, “entre el 62 y el 90 por 100 de la información que recibimos en los primeros 90 segundos tras ver a una persona u objeto y que causa nuestra primera impresión se refiere al color“. Así que elegir el color adecuado es importante. Por ejemplo, para pintar las paredes de una celda.
Color exacto Baker-Miller Pink
El Baker-Miller Pink es un color artificial parecido al rosa de los chicles de fresa que responde a las siguiente proporciones en el catálogo RGB de colores: 255 rojo, 145 verde y 175 azul. La mezcla fue diseñada por el experto en biosociología Alexander Schauss para probar sus teorías de que el color rosa puede reducir algunos valores fisiológicos como el pulso y la tensión arterial y, por lo tanto, mitigar los comportamientos violentos. Tras pintar de esa guisa celdas de prisiones militares y de reformatorios, pudo constatar que el rosa apacigua la ira y la ansiedad. La práctica tiene efecto incluso en prisioneros daltónicos.
Los colores, además, pueden afectar a nuestra memoria. Se dice que una imagen vale más que mil palabras pero, si la imagen es en color, vale más que un millón de palabras. Una investigación publicada por la Asociación Americana de Psicología en colaboración con varias entidades europeas demostró que las personas a las que se les pedía que memorizaran una serie de fotografías obtenían mejores resultados cuando las imágenes estaban en color que cuando estaban en blanco y negro. Curiosamente, el blanco y negro produjo idénticos malos resultados que los de un grupo de control al que se les expusieron fotos coloreadas con colores artificiales. Al parecer, nuestra memoria se siente especialmente estimulada por los colores reales de la naturaleza y para ella una vaca de color verde es tan poco interesante como una vaca en blanco y negro.
Light and Color in the Outdoor
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