ASTROLOGÍA CONSULTA



miércoles, 29 de diciembre de 2010

TU TAMBIEN ERES EXTRATERRESTRE**EL ADN BASURA NO ES BASURA ES EXTRATERRESTRE


Un grupo de investigadores oficiales que trabaja en el Proyecto Genoma Humano indican que han hecho un descubrimiento científico asombroso:

creen que el supuesto 97% de las secuencias no codificadas en el ADN humano es nada menos que código genético de formas de vida extraterrestre.
Las secuencias no codificadas son comunes a todos los organismos vivos sobre la Tierra, desde los mohos a los peces y a los seres humanos. En el ADN humano estas secuencias constituyen la mayor parte del genoma total, dice el profesor Sam Chang, líder del grupo.
Las secuencias no codificadas, conocidas originalmente como “ADN basura”, se descubrieron hace años, y su función permanecía siendo un misterio. La mayoría abrumadora del ADN humano es de fuera del mundo en su origen. Los aparentes “genes basura extraterrestres” meramente “disfrutan del paseo” con el duro trabajo de los genes activos, pasados de generación a generación.
Después de un análisis extenso con la ayuda de otros científicos, programadores informáticos, matemáticos y otros eruditos sabios, el Profesor Chang se había preguntado si el aparente “ADN basura humano” fue creado por algún tipo de “programador extraterrestre”. Sobre los trozos extraterrestres dentro del ADN humano, el profesor Chang observa más, “tiene sus propias venas, arterias, y su propio sistema inmunitario que resiste vigorosamente todas nuestras medicinas anti-cancerígenas.”
El profesor Chang estipula más que “nuestra hipótesis es que una forma de vida extraterrestre más alta se ocupó de crear nueva vida y plantarla en diversos planetas. 
La Tierra es solamente uno de ellos. Quizás, después de programarlo, nuestros creadores nos hicieron crecer del mismo modo en que nosotros cultivamos bacterias en los platos de Petri. No podemos conocer su motivos, si fue un experimento científico, o un modo de preparar nuevos planetas para la colonización, o es un asunto en curso a largo plazo de sembrar vida en el Universo.”
El profesor Chang indica más, que “si pensamos sobre ello en nuestros términos humanos, los evidentes “programadores extraterrestres” estaban trabajando muy probablemente sobre un gran código consistente en varios proyectos, y los proyectos habrían producido diversas formas de vida para diversos planetas. También ellos intentaron diversas soluciones. Escribieron “el gran código”, lo ejecutaron, no les gustó alguna función, la cambiaron o añadieron una nueva función, lo ejecutaron otra vez, hicieron más mejoras, y lo intentaron una y otra vez.”
El equipo de investigadores del profesor Chan concluye además que, “los evidentes programadores extraterrestres podrían haber ordenado cortar todos sus planes idealistas para el futuro cuando ellos se concentraron en el proyecto Tierra para cumplir el plazo apremiante. Muy probablemente, con una prisa o precipitación evidente, los programadores extraterrestres pueden haber cortado drásticamente el gran código y haber entregado un programa básico diseñado para la Tierra.”

El profesor Chang es solamente uno de los muchos científicos y otros investigadores que han descubierto orígenes extraterrestres en la humanidad.
Los coordinadores del Proyecto Genoma Humano encuentran prueba absoluta del contacto extraterrestre con seres humanos de la Tierra a través de la evidencia del ADN. 

El profesor Chang y sus colegas investigadores muestran esos huecos, lagunas o intervalos evidentes de programación extraterrestre en la ordenación del ADN precipitados por un apresuramiento para crear la vida humana sobre la Tierra presente en la humanidad con un crecimiento ilógico de masas de células que conocemos como el cáncer.”
El profesor Chang indica más que “lo que vemos en nuestro ADN es una programación consistente en dos versiones, un gran código y un código básico.” 
El Sr. Chang afirma entonces que “el primer hecho es que el programa completo no fue escrito positivamente sobre la Tierra; eso es ahora un hecho verificado. El segundo hecho es que los genes, por sí mismos, no son suficientes para explicar la evolución; debe haber algo más en el juego.”
“Más pronto o más tarde -dice el profesor Chang- tenemos que enfrentarnos con la noción increíble de que cada vida sobre la Tierra lleva el código genético de su primo extraterrestre, y que la evolución no es lo que nosotros creemos que es.”
Además esto explicaría por qué sabemos, recordamos y aplicamos conocimientos que jamás nos fueron enseñados ni por nuestros padres ni por nuestros maestros de escuelas o universitarios.
Las implicaciones de estos hallazgos científicos reforzarían las afirmaciones de otros científicos y observadores de tener contacto con supuestos seres humanos de fuera del mundo que parecen extraterrestres.
Se ha afirmado que los seres humanos de fuera del mundo que parecen extraterrestres han proporcionado algo de material genético para la evolución humana, y que muchos de estos extraterrestres han permitido que algunos de su personal encarnen como semillas estelares sobre la Tierra en familias humanas.
Estas semillas estelares, niños de las estrellas o gente estelar, son descritos por Brad y Francie Steiger como individuos cuyas almas estaban encarnadas formalmente sobre mundos de otros sistemas estelares, y luego viajaron a la Tierra y decidieron encarnar aquí con el fin de estimular el desarrollo espiritual evolutivo de la humanidad.
La mayor parte de la humanidad considera que este grupo de extraterrestres son benévolos según lo descrito por contactados tales como George Adamski, Orfeo Angelucci, George Van Tassel, Howard Menger, Paul Villa, Billy Meier y Alex Collier cada uno de los cuales explica la naturaleza de sus interacciones voluntarias con estos seres humanos de apariencia extraterrestre. Estos contactados proporcionan a menudo evidencia física en forma de fotografías, películas y otros testigos de sus contactos con razas extraterrestres. El contactado más ampliamente documentado e investigado es Eduard ‘Billy’ Meier que proporcionó mucha evidencia física para los investigadores.

Tú también eres extraterrestre:

Zacharia Sitchin
Era cuestión de tiempo que la verdad saliera a la luz. “Cientifistas” de todos los continentes, adictos a ese nuevo dogma llamado evolución querían hacernos creer que Darwin tenía razón, y que su famosa “Teoría” es un proceso gradual basado en el azar, donde la mutación beneficiosa logra transmitirse a un mayor número de descendientes.
Los que sabíamos que existía un peldaño demasiado grande entre los Australopitecus y el Homo sapiens ya sospechábamos que la evolución no podría haber acelerado su curso tan rápidamente entre los recolectores cazadores que abandonaron África apenas hace 800.000 años, que dieron lugar a los Neanderthales, y los hábiles e inteligentes cazadores Cromagnon que llegaron a Europa hace solo 70.000 años.
¿Qué fue lo que pasó entre medias? ¿Por qué jamás aparece el tan buscado eslabón perdido? La respuesta, por fin, nos la da un valiente investigador al que las corrientes en boga de los círculos academicistas no impresionan en absoluto. 
Se trata de Zecharia Sichin, y leyendo sobre su trabajo sobre naves espaciales y jeroglíficos egipcios, mutaciones genéticas y alienígenas amotinados en las minas de oro, la historia reciente de nuestra especie adquiere un sentido definitivo.
Puede sonar a ciencia ficción, pero Sitchin está completamente seguro de que eso fue exactamente lo que pasó en Mesopotamia hace cientos de miles de años. Ahora que nosotros también hemos logrado alcanzar los secretos de la ingeniería genética, la explicación parece tan sencilla que llega a dar miedo.
“Nosotros, los humanos modernos, somos el producto de un proyecto de ingeniería genética desarrollado por los extraterrestres”, dice Sitchin.
Y no, no es un iluminado como muchos pensáis. Aparentemente cuerdo, esta mente brillante que bordea los 90 años, neoyorquino de adopción y educado en la Universidad de Londres, ha pasado toda su vida argumentando que los humanos surgieron gracias a una pequeña intervención genética realizada por antiguos astronautas llegados a la Tierra en busca de trabajadores que reclutar para las minas de oro.
Empleando la lógica incontestable, este bravo escéptico llegó a la conclusión de que la evolución y el creacionismo se daban de bruces. Si estamos aquí, es simplemente porque los extraterrestres tuvieron que “adaptar” a los monos que habitaban la Tierra para convertirlos en dóciles mineros que recolectaran para ellos el precioso metal, sin el cual no podrían regresar de vuelta a Nibiru.
Este último es el planeta gemelo de la Tierra que los torpes astrónomos aún no han logrado detectar, y desde el que llegaron los viajeros del cielo.
Acostumbrado a que le llamen loco (lo han hecho científicos, historiadores y arqueólogos que tachan sus teorías de pseudocientíficas) este experto en traducción de textos antiguos y entendido en física, cuenta en realidad con un numeroso grupo de seguidores.
Lleva publicados 13 libros, con títulos tan atrayentes como “El Génesis revisitado” o “Crónicas de la Tierra”, que han logrado vender millones de copias y han sido traducidos a 25 idiomas (próximamente en albanés). Obviamente, su éxito le ha permitido llevar una apacible vida en Florida, el paraíso del jubilado estadounidense.
Su primer libro, publicado hace 30 años y titulado “El duodécimo planeta” lleva 45 ediciones impresas. En él sentó las bases de su teorías, basadas en la lectura de tabletas de barro cocido de la era pre-babilónica encontradas en la antigua Mesopotamia y en la afamada civilización de Sumeria.
Nacido en Rusia y criado en Israel, Sitchin estudió economía en Londres y trabajó como periodista en Israel antes de mudarse a Nueva York en 1952, donde en sus ratos libres comenzó a hacer giras arqueológicas a antiguos emplazamientos y a predicar su particular evangelio.
Interesado desde la infancia en lenguas muertas, estudió hebreo, la lengua de Akkad y sumerio (los idiomas de los antiguos habitantes de Mesopotamia). Especialmente centró su atención en los primeros escritos pre-cuneiformes de los albores de la civilización sumeria, los ejemplos de escritura más antiguos que se conocen (mucho más antiguos que la Biblia) y que hablan de la creación del cosmos.
La mayoría consideran estos textos alegorías, pero Sitchin cree literalmente en ellos. En estos textos se cuenta la historia de Nibiru, cuya larga y elíptica órbita lo acerca a la Tierra únicamente una vez cada 3.600 años.
Los habitantes de este mundo son avanzados tecnológicamente y similares a humanoides. Hace 450.000 años detectaron reservas de oro en el sudeste de África y comenzaron la colonización de la Tierra aterrizando en lo que hoy es el Golfo Pérsico.
Nuestros altos padres del cielo eran pocos en número, así que se vieron forzados a “mezclarse con los primates bajitos de la Tierra” (los Homo erectus) creando así una especie bípeda que pudieron reclutar para recolectar el oro que les era tan precioso. A cambio de nuestras beneficiosas labores, nos transmitieron los secretos de la agricultura.
Desafortunadamente todos los restos de sus impresionantes ciudades desaparecieron en una gran inundación hace 30.000 años (este es el verdadero origen del mito del diluvio universal). Como prueba de su teoría, Sitchin muestra una foto en la que aparece un gran hombre entregando un arado a un hombre más pequeño.
Continuar leyendo el artículo aquí:New York Times usar traductor.
TEXTOS SUMERIOS Y TEXTOS BIBLICOS:


http://youtu.be/QHyNJ4tr23c
Cráneo del Starchild, Últimos Resultados Genéticos (Marzo 2010)

http://youtu.be/CTDYoQR-ARA

SACA TUS CONCLUSIONES Y SIGUE INVESTIGANDO ...
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