ASTROLOGÍA CONSULTA



jueves, 30 de julio de 2009

HA LLOVIDO DE TODO DEL CIELO, DESDE RANAS Y PECES HASTA ESTIERCOL Y SANGRE



Niños de Elgoibar muestran ranitas caídas del cielo, hace un año. Foto: NOTICIAS DE GIPUZKOA
SUENA A CUENTO O BROMA, PERO ESTO SUCEDE DESDE MOISES HASTA NUESTROS DIAS; SINO VEAN
http://www.articlearchives.com/1078455-1.html
LLUVIAS CON SORPRESA. Con el agua han caído hasta peces y ranas. Durante siglos han venido registrandose en todo el mundo la caída de insólitas lluvias de peces. La última vez fue: en 1975. ¿Puede explicar la ciencia uno de los fenómenos más curiosos de la naturaleza?.¿TIENEN ALGUNA CONEXION ESTOS HECHOS CON LA TEORIA DE LOS UNIVERSOS PARALELOS Y LOS ESPACIOS MULTIDIMENSIONALES DE LOS QUE HOY HABLAN LOS FISICOS TEORICOS CUANTICOS?
http://worldtv.com/casa_del_angel/
Lluvia de Oro by Villasenor, Victor 
La caída de sapos, peces, dinero y hasta sangre sangre del cielo, forman ya parte de los estudios serios de la comunidad científica alrededor del mundo, estos científicos, quienes al principio eran escépticos a creeren estos fenómenos, hoy en día siguen con detenimiento, analizan y estudian estos hechos que en verdad continúan ocurriendo en todo el planeta Tierra.
Pareciera que estas historias han sido extraídas del programa radial: "nuestro insólito universo" o de la serie televisiva de los "Expedientes X", pero la realidad es que aún hoy en día estas lluvias inusuales continúan cayendo alrededor del mundo, y que la cantidad de testigos, de ciudadanos serios y sobrios que dan fe de estos hechos es cada vez mayor, y por consiguiente no puede hoy en día seguir siendo ignorada por los hombres de ciencia, por los estudiosos de fenómenos paranormales, por los ciudadanos comunes, y mucho menos por nosotros los que vivimos y nos movemos en el mundo del arte contemporáneo, del arte NO convencional.

Que la lluvia sea de agua y caiga del cielo es algo real, común y que toda persona de este planeta ha podido comprobar por sí misma; es muy raro que exista alguien que nunca haya visto la lluvia; pero que caiga hielo del cielo es algo verdaderamente increíble, pero también muy cierto en los países donde la nieve y el granizo se hacen sentir; sin embargo, hay hoy en día todavía incrédulos que no creen que sea posible que el hielo caiga del cielo, he escuchado personalmente a varias personas que me han dicho no creer que sea posible que pedazos de hielo puedan caer del cielo.

¿Puede entonces en verdad caer hielo del cielo? ¿Y qué acerca de las piedras? ¿Caen piedras del cielo? ¿Es posible que ocurra una lluvia de piedras? ¿Piedras caídas del cielo?

Pues sepan que por muchos años los científicos se negaron a creer en esta posibilidad, y enfáticos decían: "Las piedras no pueden caer del cielo"; hasta que ellos mismos presenciaron una lluvia de meteoritos, que perforaron los techos de los automóviles, fracturaron cráneos, quebraron ventanas y rompieron muchos paraguas; sólo entonces la comunidad científica admitió que las piedras sí podían caer del cielo y comenzaron entonces los estudios serios sobre las piedras que caían del cielo, los estudios sobre los meteoritos ...

Porque una cosa es ver a lo lejos una hermosa lluvia de estrellas fugaces cual luces de Bengala, como un bello espectáculo mágico y romántico, y otra cosa es el estar justo debajo de esas estrellas en el momento que caen, literalmente esto es una lluvia de piedras que caen del cielo sobre nuestras cabezas.

¿Pero qué sucede cuando la lluvia es de otro tipo de objetos? ¿Qué sucede cuando estas lluvias inusuales están formadas por objetos orgánicos e inorgánicos y no de agua?

Hace aproximadamente 2000 años que el escritor griego "Athenaeus" reportó una lluvia de sapos verdes que cayo en los pueblos de Paeonia y Dardania; De pronto (escribió Athenaeus), cayeron tantos sapos del cielo que el piso se llenó de ellos; todos muertos por el fuerte impacto al estrellarse contra el piso, las pilas de sapos tapaban el piso y casi llegaban los promontorios de sapos verdes muertos hasta nuestras rodillas, luego comenzaron a descomponerse; y un olor fuerte y nauseabundo inundaba los pueblos ...

Pero esta lluvia de sapos no es solo cosa de ayer, en pequeños pueblos como en Gloucestershire, Inglaterra, se reportó hace pocos años una fuerte lluvia de ranas rosadas; esto sucedió en el año de 1987, miles de diminutas ranas rosadas que cayeron del cielo sobre las casas y calles Inglesas.

El naturista Ian Darling dijo entonces que en realidad eran ranas blancas o más bien albinas que se veían rosadas por el color de la sangre visto a través de su piel. Los expertos dijeron que estas ranas llegaron con las tormentas de arena del Sahara, posiblemente viajando dentro de glóbulos de agua atmosféricos ... ¡vaya una explicación científica! ...

La naturaleza y la vida misma superan a la ciencia-ficción y al arte en sí; pues como una gran humorada, pero de humor negro justo a la salida de un cine en Cheltenham, en donde se presentaba una película sobre la lluvia de ranas rosadas acompañada con una banda sonora, con una música llamada "The Pink Frogs Rain Music" ... sucedió entonces que comenzaron a caer de las nubes cientos de ranas rosadas en una verdadera lluvia de ranas bajo la mirada atónita de los asistentes al cine quienes pensaron que esta lluvia de ranas rosadas era parte de la publicidad de dicha película.

¿Coincidencia? ¿Casualidad? ¿Causalidad?

W. A. Walker habla sobre una tormenta fuerte de ranas sobre un campo de golf en Arkansas, esto sucedió en 1926. Esta fue una lluvia de ranas del tamaño de una moneda y otras del tamaño de la uña de un dedo pulgar. "No podíamos creer lo que veíamos", decía Mr. Walker; eran cientos de ranas que caían del cielo, vivas y saltando alegres sobre la grama.

En el poblado de Cirencester en Inglaterra, en febrero de 1988, la lluvia trajo también otro componente, pues el casi diluvio que cayó sobre las cabezas de los peatones traía además del agua, miles de diminutas Ranas rosadas; el curioso evento atmosférico fue investigado por la Gloucerter Trust for Nature Conservation; quienes confirmaron para la estupefacta comunidad científica que los batracios sí habían caído con las lluvias, que provenían del Sahara y que habían sido arrastrados por fuertes vientos; la arena rojiza que cubrió los autos del área podía confirmar esta sabia hipótesis científica.

Fenómenos como este son frecuentes alrededor del mundo y también muy antiguos; Plinio en su libro: Historia Natural (77 D.C.), registra la caída de animales del cielo. El habla de lluvias de insectos y de sapos diminutos sobre los sembrados y los pueblos ... ¿Una lluvia de insectos y de sapos? ¿Castigo de los dioses?

Charles Fort, filósofo que dedicó su vida a estudiar estos fenómenos inexplicables, llegó a registrar en sus archivos 300 casos similares, como el caso de una lluvia de renacuajos vivos que duró durante dos días seguidos en Chalón Jur-Saone en Francia en septiembre de 1922.

Jane Goldman menciona en su libro sobre hechos inexplicables que un diluvio de ranas detuvo el tráfico en la localidad de Comotini en Grecia el 24 de junio de 1974, miles de ranas que tapizaban los autos y tapaban los parabrisas; no obstante todas las pruebas evidentes de estas lluvias, la ciencia nunca ha podido dar una explicación plausible a estos hechos.

Pero no sólo de sapos y de ranas se trata esta historia ni mi ponencia para este simposio en Mérida, sino que trata también de peces, como una fuerte lluvia acompañada de cientos de peces caídos en Singapore en 1861, esta lluvia acompañó a un terremoto y a decenas de heridos al ser golpeados por los pescados que caían con fuerza del cielo, lluvia problemática especialmente para un chino que murió con fractura de cráneo al ser golpeado por un pescado de 5 kilos que lo golpeo directamente sobre su cabeza.

El gran Científico y explorador Alemán: Alexander Von Humboldt, mientras exploraba junto a Bomplandt las tierras de Sur América, cuenta en sus crónicas que él presencio como una lluvia de peces vivos cayo a las afueras de Quito-Ecuador, el 20 de Junio de 1698, el habla en sus libros de 43 millas cubiertas por peces caídos del cielo ... valla tormenta.

En 1984, en la ciudad de Santa Mónica, justo encima de la autopista principal se produjo otra lluvia de sardinas que detuvo el tráfico y que causo accidentes; miles de sardinas vivas que interrumpieron el trafico por horas, sardinas que saltaban y se retorcían sobre el pavimento y sobre los autos ... pero no solo sardinas vivas, sino que también han caído peces congelados del cielo, como en Marksville, en Lousiana U.S.A., en octubre de 1947. Una lluvia de peces congelados que vino del cielo a exceso de velocidad y que rompió los parabrisas de muchos vehículos automotores. También hay relatos de lluvias de peces mutilados y en estado de descomposición, pedazos de peces podridos que cayeron como lluvia en la India en 1830, como castigo celestial de Krishna ... el American Journal of science acotó que los peces fueron vistos en el cielo como una bandada de aves que descendía rápidamente, pero no eran peces voladores, sino cientos de anguilas malolientes que cayeron también como lluvia sobre Sunderland en Inglaterra el 24 de agosto de 1918; otra lluvia, pero esta vez de pescados secos ocurrió en Bombay, India en 1831, peces en conserva caídos del cielo como un regalo de Buda para su pueblo devoto pero también hambriento.

En Lisboa-Portugal, se registró un diluvio de sangre que cayó sobre los portugueses en 1551, llovió sangre durante ocho horas seguidas, ocho horas lloviendo sangre, un verdadero baño de sangre, un diluvio de sangre que pinto de rojo la ciudad, que corría por las calles cual río de sangre; haciendo pensar a los Portugueses que se trataba de una maldición por los estragos cometidos por ellos en Brasil ... seguidamente llovió agua fuertemente limpiando las calles y las casas, lástima que en ese momento no se hizo un análisis de la sangre caída del cielo para saber con certeza si era sangre vacuna, caballar, porcina, de pollos o sangre humana.

En Sicilia-Italia, en 1972 una lluvia helada mezclada con monedas resplandecientes de plata sembró la locura en los ciudadanos, quienes se lanzaron a las calles a recoger las monedas creando una verdadera fiebre de plata, dándole gracias a San Genaro por este celestial regalo, la noticia que sirvió para que los diarios titularan sus primeras paginas con la leyenda: "pioggia di soldi-pioggia di denaro", perturbo a los Italianos que comenzaron a ver desde entonces a las nubes de una manera diferente, una lluvia también de monedas pulidas cayó sobre la iglesia de Saint Elizabeth Church en Inglaterra en 1979; miles de monedas de plata que rompieron las tejas de la pequeña iglesia pero que los feligreses vieron como una dádiva, como un regalo de Dios para ayudar a su santa y apostólica iglesia.

HILOS:Una substancia fibrosa, como hilos largos de seda azul cayo del cielo en grandes cantidades, como si fuese algodón, como si las nubes se cayeran en motas, esto sucedió en Nuremberg, Alemania el 23 de Marzo de 1665. "el cielo se esta cayendo gritaron algunos ciudadanos, igual que el pollito de la fábula"... Cabellos de ángel, como hilos de telarañas caen del cielo también sobre Montreal en Canadá en 1963, es entonces D.J.Clark del Museo de Historia Natural de Londres, quien da una explicación científica del fenómeno: " Yo pienso (dice Mr. Clarck) que las arañas son responsables del fenómeno; cientos de arañas que dejaron volar sus hilos al viento" ¿cientos o millones de arañas? ¿Y donde fueron a parar estas arañas que nadie vio?

HILOS largos, cristalinos como de vidrio cubren los autos, las calles y a las personas; hilos como de telaraña, hilos que son como hilos de algodón de azúcar ... brillantes y cristalinos ... al rato todos estos hilos desaparecieron como por arte de magia se desvanecieron en la nada se esfumaron como vinieron.

Esferas plateadas de metal relucientes cayeron en Florida-U.S.A., en 1974, esferas del tamaño de las pelotas de ping-pong eran estas esferas que rápidamente fueron recogidas y desaparecidas por la policía secreta o el FBI ... ¿los hombres de negro? También esta lluvia de esferas metálicas brillantes como espejos, ocurrió en Nueva Zelanda y también en Sydney-Australia en el mismo año ... todas también fueron rápidamente recogidas.

La lista de objetos extraños que han caído del cielo ha aumentado substancialmente atraves del tiempo.

Se han registrado y estudiado científicamente lluvias como ya hemos visto de ranas rosadas y sapos verdes, pero también de anguilas, peces vivos y pescados muertos y hasta de peces congelados, cangrejos, monedas de plata y de níquel, papel moneda, hongos, caramelos, piedras de todo tipo, canicas, metras, arena, trozos de hielo de diferentes tamaños, piedras con inscripciones, anémonas, protoplasma, aceite, plástico, botellas, semillas, alabastro, vidrio, crucifijos, imágenes en yeso de la Virgen María, cerveza, caracoles, cilindros de mármol, flores, cenizas, galletas, escarcha y brillantina (glitter), frutas, nueces, cera, velas de cera, iguanas, lagartijas, huevos de codorniz, salamandras, monos, ardillas, tortugas, cabezas de perros, insectos, carbón, patos congelados, cabellos de Angel, pelos, uñas, anillos y sortijas, huesos, carne, sangre y hasta excrementos ...

Una verdadera lluvia de excrementos cayó sobre las cabezas del público y la fanaticada en un partido de Base Ball en un stadium en Milwokee-U.S.A., en 1954, jugaban el sexto ining los Indios de Cleveland contra el equipo anfitrión los Bravos de Milwokee, iban empatados cuatro carreras a cuatro, cuando de pronto se desato la fuerte lluvia, por casi 20 minutos seguidos la fanaticada y los equipos fueron bañados literalmente de excrementos, cubiertos de pies a cabeza por una pasta fangosa de color marrón y de un olor pestilente, una verdadera lluvia de ñoña... cubiertos de diarrea por fuera y llenos de cerveza por dentro los fanáticos regresaron a sus casas malhumorados y asustados.

La Biblia registra dos hechos ocurridos en la época de Moisés exactamente en el Libro de Éxodo, que indudablemente tienen que ver con las lluvias insólitas que en estos momentos nos ocupan en este simposio de arte y estética.

Estas lluvias insólitas tienen antecedentes bíblicos, como la segunda plaga que Dios envió sobre Egipto como castigo al Faraón que no fue otra cosa que una lluvia de ranas, miles de ellas cayendo del cielo sobre casas, pirámides y hasta sobre el palacio de Ramses; y la otra lluvia ocurrida en tiempos Bíblicos que fue en verdad una lluvia benévolente, también enviada por Dios, pero esta vez sobre el pueblo judío en el desierto y que fue el famoso maná que cayó del cielo como alimento enviado por Dios para el hambriento pueblo Judío ... hojuelas de pan tierno en su forma más deliciosa, cual nevada comestible caída del cielo para gloria del Señor ... te alabamos Señor.

El famoso pintor francés René Margritte en su estilo surrealista pintó una lluvia imaginaria de cientos de hombres vestidos con trajes negros, corbatas y sombreros de hongo que caían del cielo como si fuese una apacible tormenta de humanos sobre París, lluvia de hombres de pies caídos casi flotando del cielo, lluvia inusual al estilo Magritte ... ¿lluvia de Hernàndez y Fernández al estilo Tin Tin? ¿Lluvia de José Gregorios Hernandez pero sin bigotes?

Por mi parte, me encantaría presenciarlas, me imagino el poder presenciar y estar justo ahí cuando ocurra una de estas lluvias inusuales; Una lluvia de estrellas fugaces es una imagen verdaderamente hermosa, que me gustaría presenciar de noche acostado sobre la grama, una lluvia de sapos, peces, protoplasma o cilindros de mármol por ejemplo me gustaría verlas pero de lejos.

Lógicamente hay explicaciones a todos estos fenómenos casi naturales, unas explicaciones provenientes del hombre del pueblo y otras provenientes de la comunidad científica. Para lograr encontrar las razones lógicas (si es que cabe aquí la lógica o la razón), para entender el porqué ocurren este tipo de lluvias inusuales sobre el planeta Tierra ... dicen ellos:

--Son tornados cuyos vientos fuertes se llevan consigo a peces, cangrejos, sapos y hasta piedras; depositándolos luego en otros lugares.

--Son huracanes que arrastran a su paso arenas, lagartos y hasta vacas;

--El hielo grande que cae se desprende del fuselaje de los aviones en pleno vuelo, por eso es más grande que el granizo común;

--Son remolinos que se llevan consigo a cuanto bicho hay y lo dejan caer en otro lugar como lluvia;

--Estos objetos y animales vienen con las tormentas de arena del Sahara, posiblemente viajando dentro de glóbulos comprimidos de agua en estos glóbulos compactos atmosféricos ...

--Son fuerzas de vientos aerodinámicos que transportan consigo objetos por la baja temperatura existente en su interior;

--Son bromistas con catapultas que lanzan en plena lluvia peces, anguilas y hasta patos congelados al aire para que caigan sobre los automóviles;

--Es basura y hasta aceite lanzada desde aviones en pleno vuelo por gente inescrupulosa;

--Son naves extraterrestres, platillos, ufos y ovnis que lanzan fuera de dichas naves a las especies animales que ya han estudiado y que devuelven así a la tierra, de donde previamente las habían tomado.

Todas estas teorías son válidas y pueden ayudarnos a la comprensión del porqué caen estos torrenciales de objetos insólitos sobre nuestro planeta, pero:

¿Quién lanza entonces la sangre? ¿Cómo puede durar durante 8 horas seguidas una lluvia de sangre? ¿Quién lanza una lluvia de excrementos por 20 minutos seguidos? ¿Diarrea celestial? ¿Quién lanza los hilos sedosos y los cabellos de ángel? ¿Regurgitación ectoplasmatica de Dios? ¿Poltergaist?

HAY MAS
copiado de http://www.sinfronteras.com.ar/relatos2.htm
Lluvias extrañas
Sebastián Jarré
Buenos Aires – Argentina
xrn@hotmail.com

Charles Fort, durante años se dedicó obstinadamente a reunir miles de datos donde cuenta de extrañas lluvias caídas en distintos sitios del planeta. Consiguió reunir más de 60 mil notas – todas extraídas de revistas y diarios muy renombrados – que daban cuenta de esas raras lluvias. En el archivo de Fort hay comprobadas lluvias de peces sobre Londres y otras ciudades, lluvias rojas, negras y amarillas, lluvia de ranas caída de enormes bloques de hielo (¡algunos del tamaño de un elefante!), lluvias de carne, de trozos de algodón, de lodo, de arena, y también de... sangre.
En el año 1800, en Seringapatam, en la India, se registraron (según la revista Nature del 1° de noviembre, anota Fort) una sucesión de lluvias de granizo. Durante una de ellas se encontraron dos piezas de hielo que tenían el tamaño de un elefante pequeño. Ese mismo año, informes del instituto Smithsoniano revelan que en los EE.UU cayeron piedras de hielo de 2 y 3 kg. de peso.
El 27 de febrero de 1877 en Penchloch, Alemania, cayó una espesa lluvia amarilla, color oro, cuya materia tenía 3 formas distintas: semejaban una flecha, un grano de café y un disco. No se encontraron trazas de polen y la sustancia despedía un fuerte olor animal. El análisis químico reveló la presencia de nitrógeno y amoníaco. Charles Fort – en su obra "El libro de los condenados" al hablar de esta lluvia – dice: "Tal vez fueran símbolos jeroglíficos de alguien que intentaba decirnos algo".
El 14 de febrero de 1870, cayó en Génova, Italia según el profesor Beccardo, director del instituto Genovés de Física, citado por Fort, una sustancia amarilla que cubrió las calles, al punto de que era difícil caminar. Según se estimó, la cantidad de esta materia amarilla que cubrió Génova era de aproximadamente 100 mil toneladas.
El 30 de abril de 1887 se produjo una lluvia densa, ardiente, negra y pestilente. El mismo fenómeno se repitió el 9 de octubre de 1907 y el 2 de marzo de 1908. La "explicación" fue que se trataba de polvo de carbón que habría flotado en el aire desde las minas de Gales. Pero una lluvia similar se registró el 20 de enero de 1911 en Suiza y otra en el cabo de Buena Esperanza, el 5 de febrero de 1912. Según el reverendo James Rust una lluvia negra cayó en Slains, Escocia, el 14 de enero. Otra en Carluke, a 250 km. de Slains, el 1 de mayo. Y otros dos en este sitio el 20 de mayo de 1862 y el 21 de octubre de 1863. El informe químico identificó esta sustancia no como un producto volcánico o ceniza, sino como escoria de fundición. "Resulta imposible – dice Fort – imaginar que un producto artificial como es la escoria de hierro haya podido caer en tan grandes cantidades y en sitios tan distintos". Y agrega un dato sorprendente: El 9 de noviembre de 1819 cayó una lluvia negra de escoria de metal sobre una vasta zona de Canadá. Esta lluvia fue acompañada de una sacudida sísmica y de una intensa oscuridad aunque era pleno día.
No sólo caen – según Fort – diversos colores desde el cielo. En ciertos momentos de la historia, y en los más variados lugares, se produjo la precipitación de sustancias realmente increíbles.
El 13 de agosto de 1819 en la ciudad de Amherst, en Massachusetts, un objeto misterioso, recubierto de una pelusilla como la que se encuentra en la fábrica de paños, se abatió contra el suelo. Separada la pelusa apareció una sustancia pulposa de color amarillento que despidiendo un olor muy nauseabundo, se volvió de color rojo vivo por el simple contacto con el aire.
En Londres, la tarde del 5 de mayo de 1848, cayó una lluvia extrañísima. Traducida textualmente la nota de Charles Fort dice la siguiente: "A las 5 de la tarde el cielo estaba apacible sobre la ciudad de Londres. De pronto sin previo aviso, comenzó a soplar un fuerte vendaval que hizo volar a toldos y sombreros. El sol se apagó y una oscuridad densa se desplomó sobre la ciudad. Apenas se podía ver a dos pasos. A partir de ese momento comenzó a caer desde la alto un copioso chubasco de agua y peces. Durante casi 1 hora cayeron miles y miles de pequeños peces de una 15 cm de largo, de color plateado y grandes aletas. Examinados por los expertos no pudieron ser reconocidos. Se enviaron muestras a todas las Universidades de Inglaterra y ninguna pudo decir de que especie eran esos peces. Finalmente, una comunicación llegada desde el Cairo y firmada por el decano de la facultad de ciencias naturales de esa ciudad informó que esos peces correspondían a una especie de agua dulce que prolifera en el mar de Galilea. No se pudo explicar cómo habían caído sobre Londres esos peces que los palestinos llaman Pez de San Pedro".
En agosto de 1894 , miles de medusas , grandes como un chelín , fueron señaladas sobre la ciudad de Bath, en Inglaterra. En el mismo momento no lejos de ahí, en Wigan, cayó una lluvia de pequeñas ranitas.
En una nota tomada de Comptes Rendus, Fort anota que la "sustancia negra caída en Entre Ríos, Argentina, el 30 de junio de 1880 recuerda a ciertas formas de lignito". Es de color negro verdusco , similar a otras que se precipitaron en Francia (1868), Australia (1861), India (1867) y Portugal (1902).
Fort, que murió en 1932 dejando muchos seguidores, no conoció la proliferación de los Ovnis. Como dijo Louis Pauwels – unos de sus discípulos más brillantes – tal vez hubiese anotado en su archivo que cuando cesaron las lluvias extrañas, apareció en el tranquilo horizonte del planeta una rara constelación de objetos voladores no identificados... Tras la muerte de Charles Fort las lluvias acontecidas fueron más insólitas que las que describió: Chaparrones de tela de araña mojando pueblos y ciudades, están desconcertando a meteorólogos del mundo entero, que no obtienen explicación a tan inusual y original fenómeno. La caída más frecuente es la de trozos de hielo, que en algunas ocasiones pesan 45 kg. A estos le siguen las de ranas, peces y cangrejos, que parecen preferir ambientes fríos como los del norte de Gran Bretaña para caer. Cabe señalar un suceso muy raro ocurrido un atardecer de verano de 1969: los ventanales de una hostería de los Alpes alemanes próxima a Oberstdorf fueron literalmente destrozados por una lluvia de monedas antiguas, en especial rupias, maravedíes y piastras. El violento chaparrón paleomonetario se repitió a la mañana siguiente, y atrajo a numerosos curiosos a la zona. La policía destacó en el lugar a 4 patrulleros y una unidad de perros especializados que rastrearon la zona sin encontrar pista alguna sobre el extraño ataque. Los dueños del establecimiento declararon que durante las 2 precipitaciones de monedas se oyeron voces en lenguas extrañas, que algunos huéspedes interpretaron como griego antiguo y otros como sánscrito. Quiero hacer mención de un caso ocurrido en Argentina (Buenos Aires), hace más de 45 años – con exactitud no poseo la fecha – según testimonios de personas que presenciaron el fenómeno: "Una lluvia de ranas en estado de congelación – como dentro de cubitos de hielo – cayó sobre la Capital Federal. No sólo cayeron ranas sino también rosa y flores en el mismo estado de congelación que las ranas..."
Siguiendo un poco con más sucesos en el mundo:
Durante 4 años, en la década de 1980, la población de Evans, Colorado (EE.UU), vio caer del cielo millones de granos de maíz , semilla que nadie cultivaba en 10 km. a la redonda. El fenómeno, aunque suene increíble, tuvo antecedentes documentados en Winchester, Inglaterra, y en otras partes del mundo. Pero si consideramos a esta lluvia insólita... ¿qué podemos decir cuando son sapos, ranas y peces los involucrados? Como el caso ocurrido el 31 de marzo de 1977: Se desató una fuerte tormenta en Ohio, en los EE.UU. Luego de la misma, todos los jardines y espacios abiertos de la ciudad aparecieron cubiertos por sapos pequeños del tamaño de una uña. En los primeros días de julio de 1979, la agencia soviética de noticias Tass – poco amiga de dar informes sensacionalistas – comunicó que una tormenta dejó caer millones de ranas sobre un poblado llamado Dargan-ata cerca del mar Aral. En este caso, la ciencia soviética intentó explicar el fenómeno argumentando que un remolino había succionado toda clase de objetos y animales de pequeño tamaño, llevándolos hasta las nubes. Una explicación a todas luces poco convincente. Este tipo de relatos no es nuevo. Si nos remitimos a la Biblia, la descripción del Gran Exodo explica que el río "crió ranas", que entraron a todas las casas y subieron a las camas y a las mesas, cubrieron toda la tierra de Egipto, hasta el palacio del Faraón. Tampoco hubo explicación para la lluvia conjunta de sapos y ranas el 30 de junio de 1892. La explicación de trombas que succionan los animales y los depositan a la distancia dejan sin responder cientos de preguntas, siendo la más evidente la relativa a la "selectividad" de los tornados, que parecen elegir sapos y no ranas, o al revés y, casi nunca ningún otro tipo de animal. Además, ¿de qué manera los anfibios transportados por el viento son depositados en las nubes, y desde allí, redistribuidos por la lluvia? Hoy en día este increíble fenómeno no ha sido explicado. Si Fort viviera en esta época, gracias a los avances de la tecnología, lo que siempre muchos, no todos, tomaron como una leyenda o producto de la imaginación colectiva, ahora empezaría a ofrecer testimonios concretos, como fotografías y mayormente filmaciones. Esta prueba ante fenómenos de insólita naturaleza es más que contundente por lo general. Tal vez, luego de leer esto amigo lector, cuándo en una tormentosa lluvia observe el cielo, el recuerdo de lo que el cielo nos puede ofrecer y mostrar llenará cada rincón de su curiosa mente. Y como la frase bien dice: "Hay más cosas en el cielo y en la tierra de lo que podemos imaginar y comprender".

ESPAÑA
La semana pasada llovió barro en muchas zonas de España, o como dicen en el sur de Valencia, lluvia de sangre, por su coloración rojiza. La llamada lluvia de sangre es la que aparece con más frecuencia a lo largo de la historia. Ya en el año 989 hay escritos en los que se comenta que este tipo de precipitación cayó durante tres días y tres noches en Venecia. También Lisboa, en 1551, quedó teñida de rojo por una de estas lluvias. En junio de 1565 esta precipitación rojiza llegó a afectar el sur de Inglaterra. La gente relacionaba este fenómeno con la llegada de inminentes desgracias, pero a finales del siglo XIX se supo que el origen estaba en las tormentas de arena del norte de África.
Las lluvias de peces, ranas y sapos también son un fenómeno natural provocado por el paso de remolinos o trombas que aspiran el agua y los bichos que por allí se encuentran, arrojándolos a kilómetros de distancia. Han caído incluso recubiertos de hielo al haber alcanzado cotas elevadas de la nube tormentosa. En 1892, en Birmingham, llovieron sapos blancos, y en Buenos Aires, en 1952, cayeron miles de ranas congeladas. En 1896, Essen (Alemania) quedó afectada por una lluvia de carpas congeladas. En Maryland, en julio de 1969, cayeron cientos de patos muertos después de una violenta tormenta.
En España, en Frías de Albarracín (Teruel), en 1988, durante una tormenta cayeron también miles de ranas, que estuvieron deambulando varios días. Y el 20 de mayo del año pasado también cayó un chaparrón de ranitas en Elgoibar, como muestra la foto anexa, cedida por el diario Noticias de Gipuzkoa.
TESTIMONIOS
El 16 de febrero de 1861, un violento sismo sacudió la isla de Singapur. Durante los seis días siguientes llovió de forma torrencial. En la mañana del 22, después de un último y furioso chaparrón, paró de llover. Francois de Castelnau, un naturalista francés que se encontraba en la isla, informó un año más tarde a la Academia de Ciencias de París sobre lo que sucedió entonces.

A las 10 de la mañana salió el sol y desde mi ventana vi gran número de malayos y chinos llenando cestos de peces que recogían en los charcos de agua que cubrían el terreno. Cuando pregunté por el origen de los peces, respondieron que habían caído del cielo. Tres días después, cuando los charcos se secaron, encontramos muchos peces muertos.

Aunque Castelnau no vio personalmente la lluvia de peces, estaba convencido de que habían caído del cielo. El doctor A.D. Bajkov, marino y científico norteamericano, tuvo más suerte. El 23 de octubre de 1947 estaba desayunando con su esposa en un café de Marksville (Louisiana. Estados Unidos), cuando poco después de un chaparrón notó que había peces tirados en la calle: "peces sol, pececillos de ojos grandes y róbalos negros de hasta 23 cm de longitud". Se encontraron más peces en los techos, fríos y muertos, pero no aptos para el consumo.

Por poco fiables que parezcan estos relatos, en la actualidad existen numerosos testigos oculares de este fenómeno en España. El señor Joan Ribet, labrador originario de Montgat (Barcelona), afirma haber presenciado en su juventud un insólito chaparrón que se abatió sobre la localidad de Granollers: además de peces, cayeron otras clases de animales (ranas, insectos, etc.), y el suelo quedó cubierto por una capa de barro de unos 30 cm de espesor. "Entonces -dice el señor Ribet- se comentó que una tromba había absorbido agua de algún pantano y la había soltado sobre Granollers. Pero realmente fue un hecho muy extraño.»

En 1979 un periodista británico reunió información sobre un fenómeno análogo acaecido en Mountain Ash, Gales, el 9 de febrero de 1859. Por lo visto, John Lewis, que estaba trabajando en un aserradero, quedó atónito cuando hacia las 11 de la mañana fue golpeado por pequeños objetos que caían del cielo. Uno de los objetos se coló por el cuello de su camisa. Cuando metí la mano me quedé sorprendido al descubrir que era un pececitos. El suelo también estaba cubierto de ellos. Me quité el sombrero; el ala estaba llena de peces. Saltaban por todas partes... Mis compañeros y yo podríamos haber llenado cubos de ellos...

Una experiencia similar aconteció unos 85 años después a Ron Spencer, cuando estaba destinado en Kamilla, India, cerca de la frontera con Birmania. Hablando por la BBC, en abril de 1975, después de que un oyente describiera su experiencia de una lluvia de peces, Ron contó que le gustaba salir a lavarse bajo la lluvia cuando llegaban los monzones. En una ocasión estaba en este ritual, cuando: Unas cosas empezaron a golpearme, y al mirar a mi alrededor vi miles de formas pequeñas que se retorcían en el suelo y otros miles que eran barridas de los tejados, que caían en los canales y en los arrozales. Eran peces pequeños, del tamaño de sardinas. No hace falta decir que poco después de la tormenta no quedaba ninguno. Las aves se los comieron.

Nadie ha descubierto aún con cuánta frecuencia ocurren las lluvias de peces. La documentación está muy repartida, y no se dispone de un estudio completo que registre todos los casos. Pero parece que sólo las lluvias de sapos y ranas las superan en abundancia. Por ejemplo, el doctor E.W. Gudger, del Museo de Historia Natural de los Estados Unidos, recogió informes durante 40 años y sólo encontró 78 relatos, repartidos en 2 350 años. De éstos, 17 sucedieron en los EUA; 13 en la India, 11 en Alemania; 9 en Escocia; 7 en Australia; 5 en Inglaterra y Canadá y el resto en diversos lugares. Pero Gilbert Whitley, trabajando con los archivos del Museo Australiano, enumera más de 50 lluvias de peces sólo en Australasia, entre 1879 y 1971.


Una de las explicaciones dadas al fenómeno de la lluvia de peces son las trombas marinas.

Una de las primeras referencias a una lluvia de peces se encuentra en un antiguo texto griego, el Deipnosophistai, compilado a fines del siglo II por Ateneo. Estos fragmentos, recogidos de los escritos de casi 800 autores, contienen este informe: Sé también que llovieron peces. En todo caso Foenias, en el segundo libro de su Magistrados de Eresia, dice que en el Quersoneso una vez llovieron peces ininterrumpidamente durante tres días, y Filarco en su cuarto libro dice que la gente había visto llover peces con frecuencia.
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1 comentario:

ARCA SELLADA. dijo...

Ver SUEÑO MADRE... Vs... SUEÑO PADRE.